Por muchos años que cumpla, siempre tendré la sensación de encontrarme en el acto primero de mi vida, desde luego de mi vida creativa. Tanto por hacer, por decir, por escribir…
Por muchos telones que se hayan alzado ante mí (en sentido figurado, claro), siempre sentiré el nervio del primer acto, el del principiante que más como espectador que como actor ha venido a caer entre este grupo de artistas de la palabra dicha e impresa.
Por muchas batallas que libre con mi papel en blanco, por muchas noches que pase en vela a la caza de la idea que se escurre en mi vigilia… siempre estaré agradecido a los que me empujaron a escribir, a los que me han hecho amar el teatro y la literatura, a todos los que me enseñaron a soñar.