Pequeño romance no romántico
¡Quiero una oportunidad!
La que nadie me ha brindado
mientras estaba en mi casa
viendo la tele, sentado.
¡Quiero una oportunidad!
Porque nadie ha comprobado
ni me ha viso, ni ha querido
que lo enseñe. Me han tratado
como si un Don Nadie, fuere.
Tengo un nombre y lo han matado.
No digo ser el mejor
pero algo si está claro:
“Que siempre será peor
todo el que tenga trabajo”.
Lo que veo no me gusta
aunque lo han intentado,
me estás haciendo decirlo
¡Qué actores hay tan malos!
Con todo lo que se hacer
en la tele y en teatro.
¡Quiero una oportunidad!
Porque me están obligando
a critricar lo que veo.
dicen que estoy enfadado
porque no me gusta nada.
Estoy más anonadado.
Yo sí tengo potestad
para hablar, pues he estudiado
mucho y yo, yo yo yo
(perdón que me haya trabado).
Yo que tengo la razón,
yo que estoy capacitado
para hablar sobre los temas.
Yo se lo que es un ensayo,
he trabajado en locales,
en redes he publicado
cada palabra que he dicho,
cada bar que he visitado.
Me hago cargo de mi vida.
No me importa estar en paro
entre montaje y montaje,
entre trabajo y trabajo.
Conozco a los directores,
incluso los he invitado
a comer. Les sonreí,
me sentí utilizado
y no he conseguido nada.
Lo que me resulta raro
es que si me ven la cara
no me consigan trabajo.
Más de diez mil seguidores
en las redes he ganado,
visto con ropa muy cara
y no salgo del gimnasio.
Hace años que no leo
no vaya a ser que empezando
me transforme en uno de esos
que se creen Los Ilustrados;
y además he de decir
que yo de leer me canso.
¿Para qué me sirve a mí
con esta cara de guapo?
¡Quiero mi oportunidad!
Esto es una injusticia,
y lo único que propicia
es que ya no quiera más.